20.1.08

En calma

Quería hacerlo y no lo hacía. No podía. Pensamientos seguían llegando como olas a llevarse la arena. Había gatos muertos. Espacios. El cielo temblaba y las estrellas se buscaban entre sí o se separaban, no era muy claro o no sabía como mirarlo. Había manchas oscuras también (fluídas, sombras fluyendo), pero no sabía si las imaginaba a propósito con la intención de ver manchas o si sólo llegaban. Y me detenía a pensarlo y entonces no podía, no llegaba a hacerlo aunque quería. Quizás no quería (detenerse es no poder continuar, no poder es no querer, la mayoría de las veces mis pensamientos se encargan de estrangularse agresivamente entre sí con el único objetivo de no dejarme entender las cosas más simples), quizás le temía.
Me levanté, la piedra me había hecho doler las manos, la espalda y el culo, entré sin hacer ruido, sin prender luces, atravesando todo a oscuras directo a la cama, las manos moviendose alertas. Intentando detectar y anticipar obstáculos (el tacto, el sentido más íntimo y cercano). Lo hice porque de alguna forma comprendí que estaba inquieto allá afuera, que las estrellas no se juntaban sino que se separaban y lo veía así porque estaba inquieto sentado en la madrugada aún oscura separado del lugar donde debería estar, como esperando algo cuando no había nada que esperar. Recostado, miré al techo y noté como se convertía en vibraciones. Entonces vibraba todo y estaban abiertos mis ojos: la luz? la luz era solo otra mentira bien vendida y bienvenida que al otro día vería caer, roja y derrotada, atrás de una montaña con un viento feroz desacomodandome el pelo que jamás peino, pero eso aún no podía saberlo.
La respiración ahora era el viento que movía los pensamientos que llegaban como olas trayendo arena. Podía huir de mi piel, atravesar las sábanas, atravesar las paredes y atravesar lo que quisiera. Pero no lo necesitaba: estaba bien conmigo.

Largué hace unos días: Un Vlog. Otro estilo, nada que ver con Hablo Sin Saber... supongo que esta entrada atípica sirve un poco de presentación. Derecho al delirio.